Fe y obra van de la mano, la segunda da fuerza y estimula a la primera. “La FE mueve montañas”, si pero ¿Dónde está tu esmero? tomando un “matesito a la sombra de un paraiso” esperas con fe por un mundo más seguro y mejor, “que buen amarguito y el día está buenísimo” seguís teniendo mucha fe y “disfrutando la vida” pero… ¿no cambió nada? ¡Todo sigue igual! Nadie hace nada para mejorar la cosa ¡che! Y ¿vos que haces? Y ahí comenzamos con divagues, de quien tiene la culpa (culpable son los otros), no hicieron nada ¿vos que haces? ¡Gente sucia, nadie limpia! ¿Tu vereda como está? Podríamos seguir con mas cuestionamientos pero, la razón del porqué está en lo individual llevado al colectivo; “Levántate y anda”, actúa y se responsable del porvenir, con FE lo vamos a lograr.