“La música gobierna al mundo, endulza las costumbres, consuela al hombre en la aflicción. Es hija del cielo. Es el más bello y el más glorioso don de Dios. Es una disciplina; es una educadora; hace a las gentes más dulces, más amables, más morales, más razonables... La música es un maravilloso don de Dios y próximo a la Teología. No renunciaría a mis escasos conocimientos musicales, salvo por razones de fuerza mayor... la juventud debería ser enseñada en el arte de la música, ya que hace a la gente más habilidosa. Ciertamente me gustaría alabar la música con todo mi corazón, como el excelente don de Dios que es y recomendárselo a todos"