Marosa di giorgio
Fácil es encontrar en el laberinto de tu mente, querida Marosa, la pasión unida al misterio donde lo imposible rebasa las fronteras de lo imaginable. Tus palabras marcaban el camino de tu ser, como " un realismo atravesando el arcoiris". Encontraste el sabor de la vida haciendo de ella una poesia, un poema. La geografía de tu personalidad era sensual dejando en cada obra tuya un aroma de... ¡quiero un poco más! Quienes te conocieron supieron que toda letra escrita por vos era tu espíritu. Hoy nos encontramos en el Gran Hotel Concordia tomando imágenes de tu habitación, en el silencio escuchando tus palabras, viendo mariposas multicolores bailando en mi mente como que fueran tu boca, es la alegría que la vida me brinda. Mi madre, testigo es, que cuando niño de cuatro años le decía: "la vida hay que vivirla". Es el susurro que en tu habitación sentía.